Continúa.
Segundo sueño
Asombrado la primera vez con la visión de esta enorme residencia en la mitad de la nada, dentro del bosque denso, en medio de una llanura con alta hierba que la rodea, decido dar la vuelta para entrar por un costado; su acceso principal me impone, no seré yo ese tipo de visita importante. Decido por el lado izquierdo, será la tendencia natural de mi mente de asir el mundo desde mi mano izquierda donde encuentro de mi mayor fuerza física.
Intuitivamente descubro un acceso angosto y alto, de las mismas características que el acceso principal; un frontispicio con arco apuntado en menor escala que la principal con tonos de madera casi negra o chocolate. Mi primer paso es con desconfianza y temor a lo desconocido, a lo inesperado, casi arrastro mis pies al caminar de frente ya dentro de la nave lateral, me superan las expectativas de lo que encontraré, mis piernas flaquean.
El piso está cubierto por una alfombra persa roja, desgastada en las zonas de más tráfico donde se pueden observar ya los hilos que se entrecruzan para formarla, casi rasurados por el paso de la gente que por ahí ha andado, supongo entonces. Muebles estilo Luis XVI con acabados de oro de hoja sobre sus lomos, descansabrazos, respaldos aterciopelados que no representan nada más que el tiempo de ayer, lo que ya fue. Puedo percibir adornos de gran riqueza en los costados cercanos a sus balcones y ventanas, cortinas drapeadas de gran tamaño generando una atmósfera semi-oscura, tétrica por momentos.
Quiero avanzar más rápido para saber el motivo de mi visita a este lugar, encontrar el por qué de mi llegada; sin embargo, mi camino es lento. Es como si mis pasos tardaran más de lo normal en su mecánica para estar a corta distancia en mucho tiempo. Logro llegar a un recibidor sin sobresalto hasta que, de la nada sale a mi paso un ser de pequeña estatura, no puedo distinguir en primera instancia si se trata de un demonio o de un niño amorfo, aparece por el lado izquierdo como tratando de provocar un sobresalto. Lo consigue, pues no percibo su presencia más que cuando lo tengo justo a mi lado. Se trata de un ser que se disipa, no sólido, de aspecto horripilante, con la cara destrozada como si hubiera sido desfigurado por una escopeta o un cañón; no tiene más de 12 años y mide menos de un metro de altura; le falta más de la mitad del rostro, parte de los sesos, el cráneo e incluso el agujero que dejó por detrás el impacto de un proyectil se pueden ver claramente. De pie, gesticula con los brazos y una especie de lanza en una mano. Su ropaje es el de un príncipe, una chaquetilla con mangas abombadas en colores pastel con hilos de oro; mallas ajustadas con zapatillas puntiagudas. El tono de su piel es blanco, pero sorpresivamente el aspecto de su carcomida faz desaparece y reaparece de nuevo en un instante y se alterna con un rostro casi angelical. Su cabello es rizado rubio, sus pómulos rosados y trae una sonrisa como la de un niño que ha hecho una travesura… Logró su propósito porque me ha causado un gran susto, en ese momento empiezo a preocuparme aún más por el resto del camino ya que apenas comienzo a cruzar la primera sección del vestíbulo; arranca la temible duda de mi capacidad para lograr transitar sin fallecer o salir despavorido por cualquier lado. El horror se apodera de mí, es el miedo de la desconfianza que a todos nos ha acechado alguna vez, lo huelo, lo percibo, me penetra al respirar y forma parte de mí de aquí en adelante. Mi raciocinio ha sido bloqueado, quedo a expensas de mis instintos amedrentados salpicados de adrenalina; sin control alguno avanzo porque lo que está por venir puede no ser tan terrible como lo que acabo de pasar, esa es mi esperanza confundida con locura.
-Despierto. Estoy empapado de sudor y con el ritmo cardíaco acelerado al cien, cuando abro los ojos para tomar conciencia, semi-inclinado en la cama, resiento los embates de un despertar abrupto.
Mi mente se debate entre mi entorno, los muebles, las acciones siguientes, trato de mantener la atención en el sueño porque su contenido es valioso para tratar de entender la visión durante un par de horas, fragmentos van y vienen e interfieren con la realidad, recordar un sueño será mi especialidad de aquí en adelante. Sin embargo éste venía cargado con mucha intensidad.
Continúa.
3 comentarios
Hola, Fernando! Congratulations por este atrevimiento, este saludable atrevimiento de descubrirte frente a los demás. Estamos en contacto. Abrazos.
Querida amiga! Compañera de mil batallas!
Muchas gracias por tu comentario. Seguiré trabajando en ello. Me interesa mucho tu opinión, lo sabes. Así que si puedes darle una leída a todos los de la Mirilla y darme algunos tips, sería genial.
Cuídate mucho y repórtate de vez en cuando.
Abrazos de regreso.
Muchas gracias Lourdes! Cuídate mucho y no te olvides de los cuates.
Saludos.
FJC.