Desde que escribí ese capítulo de la novela La Mirilla© (Segundo Probable Inicio), me quedé con ganas de saber más de esa palabra que cuando la dice alguien, le voltean a ver de manera extraña, como si se tratara de un léxico que se habla solo en esoterismo o misticismo. El origen es en todos sentidos, cierto. Aquí agrego un poco más de la historia de esta representación de «una fiesta» de la antigüedad que podría tener varios niveles solo para completar la información que se tiene al respecto.
Al final dejo la liga del capítulo.
aquelarre
Al cristianismo le tomó varios siglos imponerse totalmente como religión única en Europa, pues no podía llegar a las regiones más recónditas, donde perduraban restos de rituales antiguos, tales como ciertos cultos célticos y druidas, que se celebraban en forma clandestina.
El aquelarre es la denominación genérica de aquellos rituales precristianos, que la Iglesia católica calificaba como herejía, atribuyéndoles prácticas de brujería y pactos con el demonio. Los diccionarios en general simplifican la cuestión definiendo toda esa variedad de cultos paganos como reuniones de brujos y brujas, presididas por Satanás, que se presentaba en forma de macho cabrío.
Estos rituales fueron llamados aquelarre, palabra formada a partir de la voz euskera akelarre, formada por aker ‘macho cabrío’ y larre ‘prado’, o sea, ‘prado del macho cabrío’.
Sin embargo sabemos ahora, ya en el siglo de los desenmascarados, que cualquier tipo de fiesta que la población hiciera en los alrededores de sus comunidades fuera de los permitidos por la iglesia, serían generalizados bajo esta concepción, eventos paganos sin ninguna adoración en especial pero concebidos como demoniacos por ser del libre albedrío. Tan es así, que la libertad como lo entendemos, siempre ha sido motivo de pugnas por el control de uno más poderoso sobre el resto. Veremos en lo futuro si me equivoco.