Iconografía.
Conocer a los personajes de la historia es aprender también la trayectoria del arte y sus intereses por trasmitir valores universales. La historia del encuentro de Alejandro Magno y Diógenes es insuperable. Hubo inclusive varios artistas que les dedicaron una obra a dicho encuentro.
Alejandro Magno «El Grande», en su viaje para conquistar el mundo, decidió pasar por Atenas para conocer a un famoso filósofo de Corinto llamado Diógenes.
A su llega a Atenas le dijeron que Diógenes había marchado y que se encontraba en un lugar cercano.
Alejandro Magno, acompañado de algunos de sus mejores generales, fue en busca del filósofo.
Al llegar al sitio señalado, Alejandro Magno se encontró a viejo totalmente desnudo tumbado el suelo.
El joven Alejandro se acercó hasta él y le dijo:
– Mi nombre es Alejandro Magno, y como muestra de mi admiración he decidió darte lo que tú quieras.
Diógenes, que permaneció tumbado y sin alterarse lo más mínimo, le respondió:
– Pues apártate, mi deseo es que te apartes. Me estás quitando el sol.
Los generales que acompañaban al gran Alejandro Magno desenfundaron sus espadas prestos a dar justicia, a los que Alejandro respondió pidiendo que se mantuvieran tranquilos y le dijo:
– Parece que no me tienes miedo.
Diógenes respondió, sin tan solo, abrir los ojos:
– ¿Miedo? ¿Por qué iba a tenerte miedo? ¿Acaso tú eres idiota?
Sus vigorosos generales esta vez llegaron a dejar sus espadas a apenas unos milímetros del pecho de Diógenes; sin embargo, Alejandro Magno, con un gesto, hizo retroceder y con voz relajada dijo:
– Evidentemente que no soy idiota.
A lo que Diógenes sentenció:
– ¡Perfecto! Yo solo tengo miedo a los idiotas.
“Si yo no fuese Alejandro, quisiera ser Diógenes”.
― Alejandro Magno
fuente: MEDIUM